A veces cometo el error de creer que, ya vivida una circunstancia determinada, la misma no producirá los mismos efectos de volverse a presentar, enorme equivocación de mi parte considerando que, a pesar del conocimiento y memoria ya registrados, existe un elemento que marca una diferencia ineludible y es, el tiempo transcurrido entre una vez y la siguiente, lo cual transforma ...cambia…modifica… renueva con nuevos tintes lo ya vivido y a mi.
Al contrario de lo esperado, el silencio es mas espeso, el reloj tiene una pasmosa parsimonia, los colores lucen tenues y los olores intensos.
Vaya si es distinto, vaya si he cambiado.
Los amo con locura mis tres malandros y cuánto significado pierden los minutos cuando no están.
domingo, 23 de septiembre de 2007
Cuando no están
Publicado por Carmen Mosquera en 22:04
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